4 de octubre de 2019

Ser y Dejar Ser



Últimamente se me ha cruzado mucho por la mente la idea de ¿por qué las personas no se alegran con la felicidad de otras personas?...

Sinceramente me cuesta bastante entenderlo, y eso que suelo ser bastante empática con las personas, intentar ponerme en su lugar, respetarlos (aunque a veces no los entienda como sucede en esta oportunidad), y hasta pensar en que la equivocada puedo ser yo.

Siempre estuve muy en contra de los mandatos sociales, los “inconscientes colectivos”, como les digo yo, aunque no sé si sea la forma correcta para nombrarlos. Todas las clases de “Tenes que…” que no me han hecho simpatía nunca.

En una época me llamaban por teléfono casi todos los días a las 8 de la mañana para ver si ya estaba despierta y estudiando. Yo siempre fui (y sigo siendo) muy noctámbula. Pase mucha más parte de mi vida despierta de noche, que durmiendo. Y me encanta!! Ya desde la adolescencia me juntaba a estudiar con mi gran amigo casi todas las noches, estudiábamos y tomábamos mate hasta que nos quedábamos dormidos uno al lado del otro, y a las 7 partíamos juntos para la escuela. En la universidad, ni hablar, cursar de 13 a 20 o 21 hs, hacer prácticos, láminas, pinturas y esculturas de 22 hs a 7 u 8 de la mañana y dormir hasta las 12 de medio día; y lo mantuve por años a ese ritmo. Pero el vicio de ciertas personas por despertarme llegó casi hasta enfermarme. Vivía en una constante queja, sin decírselo a la persona indicada, y enfadada siempre con todos los que me rodeaban. En mi familia existe mucho la creencia que hay que estudiar o trabajar por la mañana, o mañana y tarde, descansar en horario de siesta y luego dormir temprano para estar “bien despiertos” al otro día. A mí eso nunca me funcionó, “será porque naciste a las 2:45 de la madrugada”, me dijeron una vez, “los que nacen en la madrugada, siempre están despiertos hasta la madrugada”. Y no solo que no me funcionó lo de levantarme temprano, sino tampoco ninguno de los “tenés que” que he escuchado durante años:
Tenés que tener novio antes de los 25
Tenés que casarte antes de los 30
Tenés que tener un trabajo estable de lunes a viernes
Tenés que hacer dieta, estás muy gorda
Tenés que comer sano y liviano, dejá de comer semitas
Tenés que tener una casa
Tenés que tener hijos
… y todas las frases que comienzan con “tenés que…” que año tras año fui dejándolas más y más de lado para abrir paso al TENGO QUE HACER LO QUE TENGA GANAS DE HACER.

Siento que hay personas que nos están diciendo constantemente lo que tenemos que hacer, porque ellos mismos se quieren convencer de que lo que hicieron está bien. Pues tengo la idea de que lo que hicieron está bien, si y solo si en ese momento y en ese lugar fue lo que tenían ganas de hacer, y lo que dictó su corazón, su intuición, su supervivencia; pero nunca si lo hicieron porque la mayoría de la gente lo hace, o porque es lo “normal” (con todo el respeto que me merece esa palabra que cada día la tomo más con pinzas y mucho cuidado), o porque hacer una cosa diferente les daba inseguridad y hasta miedo.

Yo soy una persona diferente, ¡chocolate por la noticia!, cada uno de nosotros somos personas diferentes!! Y estaría muy bueno ser respetados como una persona diferente y punto. Igualmente, más allá del respeto que merezco, también me gustaría que ciertas personas (especiales para mí) se alegraran en mi alegría. Me gustan las personas que cuando les toco el timbre de su casa llegando de sorpresa, se alegran y me abren la puerta en lugar de enfadarse porque no avisé que llegaría; que cuando les digo que estoy bien trabajando sin horarios y quizás por poco dinero, no piensen que soy una vaga o que no me da la inteligencia para conseguir un trabajo de más horas; que cuando les digo que la plata no me importa, no me miren con cara rara pensando que soy una hippie y se burlen de mí; que cuando hago una video llamada de algún lugar del mundo para compartirlo, no me envidien y piensen que lo hago para refregarles por la cara que estoy de viaje. Cuando digo compartir, es eso, partir ese mundo que es mío y brindárselos con el corazón a todos ustedes. Que realmente creo que la plata va y viene, y que si doy, voy a recibir muchísimas veces más de lo que di, y créanme que lo he experimentado. Quizás trabajar pocas horas y sin horarios sea una elección, y tal vez una elección muy inteligente. Y quiero que sepan que, a pesar de lo agradecida que estoy a todas las redes sociales que hacen este mundo cada día más cercano, pueden tocar el timbre de mi casa cuando quieran y venir sin avisar porque estaré FELIZ de recibirlos con los brazos abiertos y brindándoles lo poco que tenga con el corazón.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por tu aporte a nuestra ruta ... :)