14 de octubre de 2019

Personas que van y vienen, pero en realidad siempre siguen aquí


Con los dementes mochileando hemos viajado mucho. Por suerte desde jóvenes decidimos reunir fuerzas para ahorrar durante el año entero y en los veranos viajar a algún lugar que no conociéramos.
Personalmente desde muy chica no solo he viajado mucho, he buscado muchas formas de vivir viajando sin tener que establecerme “para siempre” en un solo lugar, sino que también he tenido la dicha de trabajar y vivir en muchos lugares del mundo y así conocer a gente maravillosa.

Hace muy poco tiempo me enteré de la pérdida de un gran amigo Felipe Silva Silva, #felipezion, como era conocido, el cantante de reggae de Monte Zion, una banda brasileña que tiene muchos seguidores.

Felipe vivió sus últimos años en Ilha Grande, donde vivimos con mi compañero de viaje el 2013 y 2014. Yo desde el año 2012 cuando comencé a planear el viaje a Brasil, incluyendo ir a conocer Ilha Grande, comencé también a estucar al Felipe. Cuando llegamos a la Ilha y tuvimos el placer de estar en un recital de ellos, fue maravilloso. Pero cuando un día unos vecinos me invitaron a una fiesta, pasamos a buscar a Kikito (un gran amigo de Felipe) y él dijo que íbamos a buscar al Felipe y los demás y los instrumentos, mi alegría fue inconmensurable. Es uno de los mejores recuerdos de mi vida, escucharlos ahí, al lado mío, cantando, tocando y compartiendo cerveza con nosotros, para mí fue alucinante. Desde entonces, cuando cruzaba a Feli en la esquina de casa, siempre me saludaba con una sonrisa que iluminaba mi día. Primero lo hizo con su música y sus letras, luego con conocerlo y saber lo buena persona que era. Esas personas que uno admira y que cuando nos damos cuenta de su humildad y que son iguales que nosotros, más admiración dan.

Creo que en cada viaje que hice en la vida encontré un amigx. Y eso me reconforta tanto el alma, es maravilloso. Son estrellas fugaces que se cruzan en nuestro camino, nos enseñan algo, comparten con nosotros una parte de su corazón, y desaparecen. El tema es que uno nunca cree que será para siempre, al menos yo nunca lo creo. Siempre quedó con la seguridad de que alguna vez en la vida los volveré a cruzar por los caminos del mundo. Ya sea que yo vuelva al lugar donde nos conocimos, o nos encontremos en otras rutas, pero siempre con la seguridad de que nos volveremos a abrazar. Y no se si para los demás el sentimiento sea igual, pero para mí cada una de esas personas son muy especiales y las guardo en un lugar muy especial de mi corazón. Son la familia que uno elije. Tengo tantas anécdotas de personas con quien me crucé que voy a dedicar otro texto para contarlas y nombrarlos a algunos de ellos.

Y si bien siempre tomo la muerte como algo natural, no puedo negar que saber que a Felipe no lo podré abrazar más, que no escucharé su voz y que no me lo cruzaré en una esquina de la Ilha Grande caminando con sus rastas no me deja más que un sabor amargo en la boca. Lo acepto y te dejo ir en paz amigo. Seguirás con nosotros en cada acorde que escuchemos, en tus letras maravillosas de reggae que me llenan de paz y alegría.

Gracias #FelipeZion!! Até a mais amigo!!


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por tu aporte a nuestra ruta ... :)